Es el órgano de difusión del Instituto de Capacitación Discursiva: Investigación y Docencia (ICDID); un medio de divulgación científica que publica artículos realizados como proceso de investigación en ciencias culturales, tales como lingüística textual y análisis del discurso,educación, filosofía, psicología, sociología, política, entre otros.
jueves, 24 de noviembre de 2016
miércoles, 16 de noviembre de 2016
domingo, 6 de noviembre de 2016
INTRODUCCIÓN A LA LINGÜÍSTICA COSMOLÓGICA
POR GERARDO ROA OGANDO
El
significado del pensamiento que se expresa mediante las múltiples formas en que
se manifiesta la facultad del lenguaje constituye el objeto de estudio de la
lingüística cosmológica, incluyendo el expresado a través del sistema
lingüístico –lengua– y su realización –habla–.
La
lingüística de la lengua se circunscribe al estudio de la estructura del
sistema de comunicación social doblemente articulado, desde una perspectiva
inmanente (F. de Saussure, 1916). Este
sistema se circunscribe a la emisión verbal, que se realiza a través del
aparato fonador humano y que puede ser percibido a través del oído, por la
naturaleza de las combinaciones de los fonemas que integran el aspecto fónico
del sistema, para emitir morfemas y, a la vez, para formar sintagmas,
proposiciones, frases, oraciones y enunciados (C. Hockett, 1979).
El
lenguaje, como capacidad de comunicación humana, se expresa de múltiples
formas, y no sólo a través de la lengua hablada. Las fotografías, las
caricaturas, los memes, los emoticones, los grafitis, las pinturas, las
canciones, las telenovelas, las películas, las lenguas habladas, las lenguas de
señas, las lenguas silbadas y las tonales son sólo muestra de las diferentes manifestaciones
en que se expresa la poderosa y singular capacidad humana, el lenguaje. Sin
embargo, todas estas son entendidas como múltiples formas de expresión del
pensamiento, incluyendo al sistema lingüístico, por lo que todas ellas se
estudian desde la ciencia general de los signos, la semiótica. Lo que interesa
a la lingüística cosmológica, más que las formas, es el estudio del pensamiento
que se expresa a través de ellas, entiéndase: sentidos, temas, mensajes,
discursos…de las formas; en interrelación con los sujetos y sus contextos
reales y ciberespaciales.
El
estudio de la forma del sistema lingüístico queda relegado al lingüista
(semiólogo) del pasado siglo, ya no moderno, sino inmanente y pre-cibernético.
Mientras el estudio de las formas de los retratos, las caricaturas, los memes,
los emoticones, los grafitis, las pinturas y los símbolos presentes en el cine
y en la red de redes (internet), continúan siendo de interés de estudio del
semiólogo, en un sentido más amplio. Los procesos de composición de todas estas
formas expresivas son el resultado de la sinapsis entre la neurona del lenguaje
y los esquemas mentales de los enunciatarios que se expresan en sus respectivos
contextos a través de múltiples formas, mientras los procesos de interpretación
de su significado y sentido contextuales
interesan a un pensador cosmológico. A la lingüística cosmológica le interesan,
no las formas per sé de significar, sino el estudio del significado del
pensamiento contextual –y sus repercusiones sociales– que se expresa como
capacidad únicamente humana.
A
la lingüística generativo-transformacional no le interesa el estudio del
significado, sino el de las estructuras sintácticas. Aunque sus principios
parten de la capacidad del lenguaje para producir oraciones, en esta corriente
semiológica la actuación se constituye en excusa para estudiar la forma
(Chomsky, 1975). La lingüística cosmológica advierte las limitaciones de esta
forma restrictiva de hacer ciencia, pero no niega el rol histórico que jugó en
el pasado.
La
lingüística del habla, o de la conversación, estudia el sentido de los textos
verbales en relación con las intenciones comunicativas de los enunciadores, sus
enunciatarios y los contextos, desde los ámbitos macroestructurales,
superestructurales y microestructurales (van Dijk, 1985). Esta teoría ostenta
el mérito de haber roto el canon premedieval que colocaba, casi hasta el último
cuarto del siglo veinte, sólo a los textos literarios como modelos
comunicativos. La lingüística cosmológica aprovecha estos avances, pero no se
circunscribe a las emisiones verbales, sino a cualquier proceso y producto
comunicativo del lenguaje.
El
análisis crítico del discurso es una perspectiva teórica para el estudio del
discurso y sus procesos ideologizantes, que define su objeto como prácticas
sociales que se expresan de múltiples formas (van Dijk, 2005; N. Fairclougth,
2008). Esta teoría coincide con la nuestra en que no es excluyente, por lo que
ambas estudian temas, sentidos y textos. La diferencia estriba en que los
estudiosos críticos del discurso lo hacen desde la perspectiva del habla. En
lingüística cosmológica se estudian los significados como manifestaciones del
lenguaje, incluyendo la lengua y el habla. De ahí el adjetivo “cosmológica”
para nombrar a lo que también puede denominarse cómodamente, lingüística del
lenguaje.
La
translingüística es otra perspectiva teórica propuesta por Mijail Bajtin, Julia
Kristeva y trabajada postmodernamente por Manuel Matos Moquete. Esta teoría no
se circunscribe al estudio de las formas lingüísticas, sino a las fronteras
discursivas que unen y separan a una disciplina de la otra. El objeto es el
discurso, pero visto en términos transversales (M. Bajtín, 1985; J. Kristeva,
1986; M. Matos, 2005). La lingüística cosmológica integra los procedimientos de
esta teoría que mejor aprovechamiento faciliten para la comprensión del sentido
expresado a través de las diversas manifestaciones del lenguaje.
La
teoría de la poética de Henri Meschonnic es un método para el estudio crítico
de diversas manifestaciones del lenguaje. Estudia los textos verbales y
realiza, a parte, estudios semiológicos empleando procedimientos hermenéuticos
(H. Meschonnic, 2001). La lingüística cosmológica integra los procedimientos
que mejor se adecuen a los pensamientos expresados a través de las diversas
manifestaciones del lenguaje.
Por lo tanto, el universo enunciativo constituye el objeto de estudio de la lingüística cosmológica, entendido como el significado del pensamiento expresado como producción y producto del lenguaje, a través de las múltiples formas de expresión. Si el discurso, como se entiende en la actualidad, fuera entendido en sentido cosmológico, y no circunscripto prioritariamente a la emisión verbal, entonces pudiera afirmarse que el objeto de estudio de esta forma de hacer ciencia es el discurso. Sólo tendría que convenirse en que el discurso implica, en un sentido más amplio, mucho más que textos verbales[1].
[1]
Roa Ogando, Gerardo (2013) Lingüística cosmológica: una introducción a los
estudios complejos del lenguaje. Soto Castillo, impresora, RD.
lunes, 10 de octubre de 2016
ANÁLISIS DEL DISCURSO POLÍTICO DEL EXPRESIDENTE URUGUAYO JOSE ALBERTO PEPE MUJICA
EL DISCURSO ALTRUISTA DE PEPE MUJICA
Dr.
Gerardo Roa Ogando
El
discurso del presidente Mujica corresponde, en su textura enunciativa, a la
clase discursiva ecléctica y a la subclase política, compuesto por una línea
argumental de cientificidad periférica, desde la perspectiva de los gobernantes
de corte capitalista y, al propio tiempo, por una línea subjetiva-axiomática
producto de un empirismo ideológico que lo hace experimentar la felicidad que
emana del “dar más que del recibir”, ubicándose en una corriente de orientación
altruista-socialista, similar al cristianismo bíblico (van Dijk, A: 2005; Roa,
G: 2016; Artusser, L: 1962; La Santa Biblia: Hechos 8:32).
De
esta textura discursiva se desprenden las siguientes categóricas afirmaciones, secuencias
estratégicas funcionales que se entraman en su discurso generando perlocuciones
y aserciones (de aceptación o de rechazo). El discurso fue pronunciado el lunes
diez de Octubre de 2016, en el Aula Magna de la UASD, mientras el expresidente uruguayo
fue recipiendario del Honoris Causa que le otorgó la academia estatal
dominicana:
-
“La UASD es templo de esperanza”
Con
esta metáfora resalta la idea veraz de que la Primada de América es el medio
con el que cuentan los estudiantes pobres del país para ver realizado su sueño.
Esta afirmación es contextualmente axiomática, puesto que no necesita
demostración, ni mucha explicación. Ha sido la UASD la forjadora de más del 90%
de los hombres de política, filosofía, pedagogía, medicina y ciencias
experimentales. El 99% de los
funcionarios públicos y presidentes encontraron en la UASD una esperanza, por
lo que invita a los jóvenes a luchar por la preservación del patrimonio
cultural e histórico del pueblo dominicano porque luchar por ella es
equivalente a luchar por la sociedad.
-
“Sufren derrota aquellos que dajan de
luchar”
Esta
expresión, como todo acto de habla, está compuesto por la locución explícita que
leemos, pero su intención (aspecto ilocutivo) es animar a la audiencia a nunca
rendirse por la lucha de sus más auténticos derechos, resaltando el
cumplimiento de los deberes que nos imponen los principios universales del
amor, la fraternidad, el altruismo y las leyes locales.
-
“Sobriedad es vivir en equilibrio”
Con
múltiples experiencias personales, el presidente Mujica explica que la
verdadera felicidad y sosiego no dependen de los bienes materiales. Señala que lo
que más placer y felicidad le ha dado en la vida ha sido el compartir con sus
vecinos un cafecito, pasear entre su gente sin el más mínimo temor a ser
agredido, porque todos sus congéneres porque todos actúan de acuerdo a la norma
del amor altruista.
-
“El conocimiento no es para acumular
para ti, sino para la sociedad”
Esta
expresión alude a la idea de que no somos dueños del conocimiento, por lo que
si no lo compartimos no sirve de mucho. En otras palabras, el conocimiento
debería hacernos mejores entes sociales. Es así como esta expresión conecta
idóneamente con otra de las sucesivas expresiones del expresidente Mujica:
-
“El conocimiento… es herencia que nos
deja la humanidad”. “Mientras más me cultivo, más herencia social tendré”.
Estas
expresiones fomentan el amor por el conocimiento, que en su versión implica amar
al humano.
Los
aspectos perlocutivos (reacciones) no dejaron esperar. Tras cada afirmación
idealista los asistentes cantaban a coro: “Pepe, querido, la UASD está contigo”,
“Pepe Mujica, ejemplo de dignidad”.
En
cuanto a los símbolos circunscriptos al evento, el presidente Mujica lleva una
vida sencilla, coherente con el discurso que difunde. Rechaza los protocolos
caros y los formalismos apoteósicos hacia su persona. Se transporta en un
automóvil modesto y vive en un lugar humilde en contacto con la naturaleza y
vecinos humildes.
En
definitiva, el expresidente José Alberto Pepe Mujica vive el discurso que
difunde por lo que es posible decir que él mismo constituye un acto enunciativo
fáctico, en versión de Austin (1972) “realizativo”. Sin embargo, ese discurso
resulta muy onírico e idealista en el contexto político dominicano. La
aplicación de un discurso como éste, siendo el necesario para convivir como
país, no le proporcionaría una victoria electoral a ningún candidato, puesto
que las estrategias de captación de la voluntad popular del discurso político
dominicano (Matos, M. 2008, p. 119) no se constituyen por la virtud del altruismo
y del bien común, sino del que más poder adquisitivo tenga, no importa la
formación ni procedencia de sus bienes, ni cuanto tengan que morir para adquirir
el poder y el dinero. El principio que opera en el discurso político dominicano
es “la supervivencia del más apto”, del darwinismo, y no el principio del “altruismo”
del cristianismo. Asimismo, contrasta su discurso y su propio ser con el de los
funcionarios dominicanos, quienes entienden que la verdadera felicidad depende
del cúmulo de grandes fortunas de dinero, propiedad y vehículos de lujos que
exceden las verdaderas necesidades, mientras la gran mayoría de los
contribuyentes viven sumidos en la inseguridad social y en la pobreza extrema,
como sucede en la mayoría de los países capitalistas.
Fuentes bibliográficas
Arthusser,
L. (1962) Ideología y aparatos
ideológicos del Estado. PDF en línea.
Austin,
J. (1972) ¿Cómo hacer cosas con palabras?
Gedisa.
Egleton,
T(1997) Ideología. Paidós.
Matos,
M (2008) Estrategias de captación de la
voluntad popular en los discursos de Leonel Fernández. Buho.
Reboul,
Olivier (1986) Lenguaje e ideología.
Fondo de Cultura Económica.
Roa,
G. (2016) La taxonomía del discurso:
aspectos de la teoría lingüística. Soto Castillo, S. A.
Van
Dijk, A. (2005) Ideologías. Gedisa.
Williams,
R (1997) Marxismo y Literatura.
Ediciones península.
miércoles, 20 de julio de 2016
TEMÁTICA: ANÁLISIS DEL DISCURSO EDUCATIVO
AÑO 2/NO.2/ 20 DE JULIO DE 2016
Perfiles
pragmáticos del discurso argumentativo escrito del estudiantado de Español II
(PUCMM) durante el período académico 3-2015-2016
José Alejandro
Rodríguez Núñez
Resumen
El
presente artículo refleja el resultado de los hallazgos inherentes a las
producciones escritas del estudiantado del curso de Español II de la Pontificia
Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Las producciones, objeto de estudio, corresponden a la tipología textual
argumentativa, eclética, de secuencia predominante narrativa, en versión de
ensayo. Con ello se pretende, por un
lado, describir el comportamiento discurso-pragmático de los estudiantes y, posteriormente, proponer líneas de acción que favorezcan el alcance idóneo discursivo, a
fin de satisfacer intenciones y necesidades comunicativas en diversos
contextos.
Palabras clave:
Discurso, texto, contexto, pragmática;
argumentación.
Brief profiles pragmatic argumentative discourse of
students of Spanish II (PUCMM) during the academic period 3-2015-2016
Summary
This article reflects the result of the inherent written productions of
students Spanish course II of the Pontificia Universidad Católica Madre y
Maestra (PUCMM) findings. Productions, under study correspond to the argument,
eclectic textual typology, predominantly narrative sequence in trial version.
This is intended, first, to describe the discourse-pragmatic student behavior
and subsequently propose lines of action that favor the discursive ideal range,
to meet intentions and communication needs in different contexts.
Keywords: Speech, text, context, pragmatic; argumentation.
“La utilización de la lengua se
efectúa en forma de enunciados concretos, únicos (orales o escritos) que emanan
de las representaciones de tal o cual dominio de la actividad humana. El enunciado refleja las condiciones
específicas y las finalidades de cada uno de estos dominios, no solamente por
su contenido y su estilo de lengua, sino también, y sobre todo, por su construcción
composicional”.
(Bajtín)
Líneas introductorias
Somos
conscientes de que todo acto discursivo, como práctica social, implica relación
dialéctica entre un evento comunicativo particular y una situación social. En ese sentido, el discurso es ante todo un
fenómeno de carácter social constitutivo
y constituido por: situaciones, objetos de conocimientos, identidades
sociales y relaciones entre personas y grupos humanos. En efecto, y como bien establecen Calsamiglia & Tusón (1999), hablar de
discurso es, ante todo, hablar de una práctica social, de una forma de acción
entre las personas, que se articula a
partir del uso lingüístico contextualizado, ya sea oral o escrito. En atención
a esto, y como bien lo establece Teun A.
van Dijk (2000), el discurso es, ante todo, un fenómeno práctico, social y
cultural. En él, los usuarios del lenguaje realizan actos sociales y a su
vez participan de la interacción social, específicamente en la conversión y el
diálogo, como formas discursivas más demandadas por los usuarios de una lengua
en particular.
Es
así como los usuarios del lenguaje, si bien es cierto utilizan activamente las
facultades comunicativas (habla-escucha; lectura-escritura), no por ello dejan
de pertenecer a grupos sociales y culturales, como miembros de una comunidad
discursiva, gracias al proceso de
enunciación en situaciones de interacción social concretas. Al respecto, María Cristina Martínez (2004)
es consciente de que aprender a hablar es aprender a decir enunciados en
situaciones de interacción social. En
ese orden, Martínez (2004) p. 19) expresa:
Hablamos por medio de enunciados en
los cuales manifestamos a otros nuestros
deseos, nuestras necesidades, nuestros intereses, nuestras exigencias y
nuestros saberes y en los cuales, por supuesto, construimos también una imagen
de nosotros mismos y de otros.
En
efecto, es a través de la interacción de enunciados que revelamos y construimos
el perfil de un sujeto discursivo en contexto, como resultado de una interacción
de enunciados dentro de un ámbito en particular. Esto conllevará no solo un dominio
lingüístico-estructural, además del orden y la organización, sino que conlleva
además un uso racional, situacional y
consciente por parte del usuario, a fin de satisfacer plenamente su intención y
su necesidad comunicativa.
Pero,
¿qué es lo que realmente impulsa o motiva ese uso concreto y particular de la
lengua? Naturalmente, estos usos no
surgen por amor al arte, mucho menos de la noche a la mañana. Todo se enmarca, se realiza, en un contexto
de comunicación basado en la circunstancia o realidad objetiva en que se
circunscribe la enunciación, como resultado de la necesidad de expresar o
recibir el mensaje. Ahora bien, ¿quién o
quiénes serían los responsables directos de la transmisión o recepción de este
mensaje? ¿Con qué o cuál intención comunicativa transmiten o reciben la
información? ¿Cuál sería la postura, el rol y el punto de vista evidenciado?
¿En qué ámbito o ambiente se desarrolla el proceso de enunciación? ¿Qué
dimensión de lengua prevalece, oral o escrita?
¿Qué macro acto de habla se manifiesta?
¿Qué recursos lingüísticos se emplean? ¿Cuál es el tono y la actitud que
prevalece? En fin, ¿qué se enuncia en
sentido general?
Estas
y otras interrogantes las iremos canalizando al interior de esta presentación y
en diferentes espacios, bien sea por medio de una fundamentación teórica; o, ya
sea, a partir de unas descripciones y
prescripciones metodológicas pertinentes para este estudio.
Planteamiento del problema
En
su obra, Saber Escribir, su autor, Jesús Sánchez Lobato (2006) entiende que son
múltiples los fines de nuestros escritos, dado que las circunstancias pueden
ser también muy diversas: redactar una carta, rendir un informe, enviar un
correo electrónico, publicar un artículo…Unas veces escribimos para nosotros
mismos. Lo hacemos cuando tomamos notas,
esquematizamos las ideas previas a un examen o reflexionamos ante un
diario. Otras veces, y en la mayoría de
los casos, lo hacemos para otras personas, ya sea para informar, orientar,
aconsejar, entretener, convencer… En
fin, la escritura es la manifestación del pensamiento, a través de la lengua,
que nos permite fijar o plasmar aquellos enunciados que consideramos
trascendentes o relevantes para unos fines específicos. Esto conlleva unas destrezas no solo
lingüísticas (conocimiento gramatical). Implica, además, unos referentes y un
conocimiento del mundo al que nos referimos al momento de expresarnos, esto es
interactuar con la realidad circundante al espacio en que se crea y se recrea
el discurso.
Pero, ¿qué sucede cuando la escritura es ajena o se
sitúa al margen del ámbito o contexto al que se circunscribe, cuando lo que se
dice está por encima del a quién, del por qué, del para qué, del cuándo y el
dónde se emite el enunciado? Peor aún,
cuando el propio autor del mensaje, el enunciador, no asume su rol discursivo,
pero mucho menos considera a sus aliados en calidad de voces enunciantes; sin
importarle su auditorio o destinatario. ¿Y
qué decir del abandono, ignorancia o desconocimiento del género en que se
enmarca el discurso que profesamos? Y no menos importante: el irrespeto al
registro lingüístico. Ello implica la
modalidad oral o escrita, el léxico apropiado, así como el tono y el ritmo
adecuado.
Las
interrogantes anteriores son el resultado de observaciones, anotaciones y
reflexiones basadas en el corpus de las producciones escritas del estudiantado,
cuyo discurso es objeto de estudio, descripción y análisis. Los indicios han revelado un formato de
escritura apegado más a la forma (gramática, estructura, léxico característico;
normas ortográficas…) que al contenido mismo.
Y cuando decimos contenido, no solo basta considerar el concepto o conocimiento de lo que se
quiera expresar, es necesario, aunque no suficiente, asumir una conciencia
crítica- discursiva en la que se sitúa el enunciador-autor con actitud
reflexiva y estratégica en función de la necesidad e intención comunicativa que
se pudiera tener en un momento y contexto determinado. En otras palabras, se advierte en la
argumentación discursiva del estudiantado la ausencia de elementos pragmáticos,
inherentes al proceso de la enunciación, ausencia que en ocasiones no satisface
del todo el acto discursivo-comunicativo por lo expresado anteriormente.
En
efecto, afirmamos categóricamente que el discurso argumentativo-escrito de los
estudiantes de Español II adolece de estrategias discursivas-pragmáticas que le
permitan construir mensajes elaborados con criterios definidos que coadyuven al
logro de una enunciación satisfactoria en la cual el qué decir esté avalado por
el dónde. Esto significa considerar el
ámbito o contexto discursivo como punto de partida trascendental para la
producción discursiva.
Antecedentes
Diversos
estudios similares a este han sido implementados con la finalidad de reaccionar
ante las prácticas discursivas-escritas de grupos en contextos académicos de
grado. Si bien estos estudios no se
adaptan totalmente a este trabajo, ciertos elementos discursivos se vinculan,
en los que cabe destacar la población estudiantil, los fines perseguidos y la
modalidad discursiva-argumentativa de índole pragmática.
A
continuación describiremos, brevemente,
tres estudios que desde nuestro punto de vista son objeto de mención por
la afinidad y congruencia a este estudio.
Dos de ellos fueron aplicados en dos destacadas universidades mexicanas
y un tercero y último fue implementado en República Dominicana, específicamente
en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Campus Santo
Tomás de Aquino.
El
primer estudio es titulado Planteamiento
y reiteración de tesis en el ensayo
argumentativo, de la autoría
de María Eugenia Flores Treviño y Armando González Salinas de la Universidad
Autónoma de Nuevo León. El mismo fue
publicado en el año 2012 en las ponencias del Seminario Internacional de Lectura
y Escritura en la Universidad. Se parte
del propósito específico del desarrollo
de competencias comunicativas-argumentativas en el uso de la lengua
escrita. Se ha prestado mayor atención a
la interpretación y creación de
discursos ensayísticos, ya que la calidad discursiva se ve enfrentada por una
sociedad demandante y cada vez más exigente en términos comunicativos. Este proyecto ha contribuido
significativamente a una nueva visión en post de una alfabetización académica
que supera una “brecha cognitiva” y que apuesta
a la construcción, interpretación y liberación del joven escritor.
El
segundo estudio ha sido titulado Aprender
a pensar para opinar: el desarrollo de la competencia argumentativa. El
mismo fue presentado por Martín Sánchez y María Cristina Castro de la
Universidad de Las Américas, Puebla, México, en el año 2013. En este trabajo fue abordado el problema del
desarrollo de la competencia argumentativa en el nivel superior. Se partió del hecho de que las habilidades
argumentativas básicas que poseen los estudiantes al ingresar a la universidad
están estrechamente relacionadas con la escasa práctica del discurso
persuasivo, pero sobre todo con el tipo de pensamiento que desarrollan en la vida cotidiana y que
trasladan al ámbito disciplinar propio
de la educación superior, pensamiento con el que están sujetos a interactuar en
la vida académica y profesional. El objetivo de este trabajo fue reflexionar
sobre la importancia de la argumentación como herramienta de pensamiento y
persuasión con miras a generar competencias que favorezcan en el estudiantado
condiciones óptimas para la construcción y expresión de opiniones. Se llegó a la conclusión de que aprender a
argumentar implica aprender a pensar, y aprender a pensar requiere estar en
contacto con situaciones abiertas de diálogo y discusión. Para ello es necesario que nuestros
estudiantes investiguen y se informen.
Para opinar, nuestros estudiantes necesitan contrastar puntos de vista,
identificar posturas o posiciones similares o diferentes de las propias, y la
única vía para hacerlo es a través de los infinitos y variados discursos que
circulan en contextos especializados.
Un
tercer y último antecedente se sitúa en el proyecto académico presentado por el
profesor Elpidio Canela, docente del departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica Madre y
Maestra PUCMM) y participante del doctorado en Estudios del Español:
Lingüística y Literatura. Este proyecto,
publicado en el Seminario de Lectura y Escritura, 2016, se enmarca en el trabajo final de investigación-acción,
correspondiente al Diplomado de Lectura y Escritura a través del Currículo de
Educación Superior, coordinado por el Centro de Excelencia para la
investigación y Difusión de la Lectura y la Escritura (CEDILE). El
proyecto fue titulado Producción de textos argumentativos como recurso para la
comprensión de los procesos históricos. El objetivo del mismo ha sido implementar
estrategias discursivas-pragmáticas que contribuyan al desarrollo de juicio
crítico y de valor de los hechos y acontecimientos históricos. El proyecto surgió en virtud de la ausencia
de criticidad por parte del alumnado, criticidad sustituida por la memorización
y repetición de acontecimientos. Para su
implementación fueron puestas en prácticas distintas actividades vinculadas a
la implementación de paneles, tertulias, informes y ensayos
críticos-valorativos que fomentaron el juicio de valores y la asunción de
acontecimientos históricos. El proyecto
concluyó con la puesta en ejecución de artículos argumentativos, por lo que su
implementación fue significativa y satisfactoria.
Justificación
Todo
acto discursivo, como resultado de una práctica social, es definido por
Calsamiglia y Tusón (2007) como complejo y heterogéneo. Es complejo en virtud de los distintos modos
de organización en que se puede manifestar; además de los diversos niveles que
entran en su construcción, desde las formas lingüísticas más pequeñas hasta los
elementos lingüísticos contextuales y extralingüísticos o históricos
culturales. Es heterogéneo por estar
regulado más allá del plano gramatical por una serie de normas, reglas y
principios de carácter textual y sociocultural que orientan y conducen a la
construcción de piezas discursivas coherentes y apropiadas a cada situación y
ámbito de comunicación.
Por lo
tanto, la construcción discursiva, la enunciación como tal, no es un acto
simple, aunque en apariencia parezca superficial o mecánica; más bien, implica un proceso interactivo mucho más
complejo, que incluye la continua interpretación de intenciones (verbales y no
verbales), así como de forma: directa o indirecta. Por ello, la construcción discursiva demanda,
entre otros asuntos, tomarme y tomar en cuenta intenciones, ideologías, estrategias
discursivas y modalidades a las que estamos expuestos como miembros de grupos
socioculturales, pertenecientes a una comunidad discursiva.
En
consecuencia, al abordar esta realidad, sumergida en la pragmática discursiva,
hemos de reconocer que el tratamiento de esta temática implica adentrarnos en
el entramado de las relaciones sociales; reconocer y admitir que formo parte de un
entramado ideológico en el que puedo y debo tener voz para anunciar y denunciar
cuando sea necesario. Así pues, hemos de
estar preparados para enfrentar la vida social y cultural de forma variada y
compleja, en combinación de factores verbales, gestuales y paratextuales. Por ello estamos llamados a no descartar el
contexto, el cual exige observar el marco en el que se elaboran y manifiestan
piezas discursivas, basadas en técnicas, métodos y procedimientos de análisis.
Por
todo lo anterior, entendemos que la magnitud de este trabajo implica más que un
aprendizaje, un llamado a la conciencia discursiva de los usuarios de la lengua
en contextos reales. Ya no solo se trata
de establecer o prescribir normas y conceptos; mucho menos teorizar sobre la
lengua. Más bien pretendemos ver la
lengua más allá de la articulación, por medio del habla, más que un simple
instrumento de comunicación y más allá de la transcripción gráfica mediante la
escritura o grafía. Al presentar esta
propuesta, apostamos a la construcción
de un sujeto nuevo y liberado. Nuevo en
su rol y desempeño comunicativo y liberado en su expresión. Con todo y esto, estamos convencidos de que en lo adelante todo
acto discursivo-argumentativo consciente estará marcado por unos indicadores
pragmáticos, cuyas piezas contribuirán a la eficiencia y la eficacia
comunicativa al servicio de un sujeto distinto en su rol argumentativo, un
sujeto que responda a las necesidades comunicativas personales, sociales, familiares,
intelectuales, como bien demanda el mundo de hoy; un sujeto que alcance los más
altos estándares de comunicación; un sujeto que tenga el don de hablar y
comunicar asertivamente, sin prejuicios, sin limitaciones y, sobre todo, con un
alto poder de convencimiento.
Estamos
más que seguros del aporte que ofrecemos a nuestra Universidad y con ello a
nuestra sociedad presente y futura, que gozará de líderes profesionales
quienes entre otros atributos se
distinguirán por su dominio expresivo y comunicativo.
Aval
teórico
Los
tópicos que abordaremos a continuación son el resultado de lecturas, análisis y
reflexiones vinculadas al campo de estudio seleccionado en esta propuesta. Con este aval teórico pretendemos trazar,
brevemente, los lineamientos
conceptuales, emanados de fuentes primarias, que coadyuven a fortalecer,
posteriormente, nuestro análisis que
estará basado y amparado por este marco de lineamientos no solo teóricos, sino
también metodológicos. Los tópicos a
desarrollar serán congruentes al pragmatismo, vinculado al objeto de análisis
del discurso en este espacio: La argumentación escrita.
El papel de los géneros discursivos en el
proceso de enunciación
El uso
del lenguaje está enmarcado en los géneros discursivos. En ese sentido, María Cristina Martínez
(2005) nos dice que cuando aprendemos a hablar, equivalente a escribir, lo
hacemos a través de la modelización que nos impone el género discursivo
cotidiano del ámbito social en el que nos encontremos.
Bajtín
(1929:1984), citado por Martínez (2005, pag.43), establece una correlación
entre los dominios de la actividad humana y la utilización del lenguaje, entre
la práctica social enunciativa y las formas típicas de los enunciados; una
correlación que ofrece un criterio denominado sociodiscursivo para una
identificación más clara de la noción de género discursivo. “Esta
caracterización sociodiscursiva del género permite, precisamente, explicar la
aparición y desaparición de los géneros discursivos y la evolución misma de las
instituciones sociales en su íntima función con los discursos que las significan”, aclara Martínez (2005,
pag.44). En efecto, un género discursivo
estará siempre relacionado con una práctica social humana, cuyo contrato social
de habla y propósito lo delimita y
distingue de otros. Es por esto que habrá tantos géneros discursivos como
prácticas sociales enunciativas se realicen en una comunidad.
En
definitiva, desde el momento en que escuchamos o leemos un discurso,
identificamos, por su organización composicional y por el léxico utilizado, el
género discursivo en el cual se enmarca.
Es por ello que toda práctica enunciativa, por sencilla que sea, se
adapta a un género determinado. De ahí
la importancia de asumir una postura consciente al momento de abordar un
género, bien sea para emitir o recibir mensajes.
La enunciación, indicador fundamental en el
proceso discursivo
El
acto de formular enunciados o enunciación como práctica lingüística excede significativamente el conocimiento de
reglas gramaticales. Esto así, según
Marta Marín (2008), ya que no son solo
reglas lingüísticas lo que se pone en juego, sino todo el aparato psíquico
(deseos, cultura, ideología) y social (cultura, ideología, poder) que se
compromete en el acto de comunicación, y que hace utilizar el lenguaje de
diversos modos y con diversas elecciones enunciativas.
Según
Marín (2008), cuando un hablante se comunica verbalmente utiliza el sistema de
la lengua, que es abstracto. Esa
utilización constituye una realización individual que constituye una
apropiación de ese aparato formal. Al
hacerlo, utiliza los recursos del sistema para transmitir un mensaje atravesado
por las ideas y las emociones del sujeto.
Este acto individual de utilización del sistema lingüístico se denomina
enunciación. Al respecto, Marín (2008,
pág. 78) expresa: “Los sujetos que se
comunican no son entidades abstractas ni dispositivos mecánicos, son sujetos,
esto es personalidades portadoras de y atravesadas por el deseo, la emoción y
la ideología”.
Lo que
se transmite en cualquier acto de comunicación, por lo tanto, no es
información, sino la manera en que los sujetos que se comunican consideran esa
información. En efecto, si un usuario de
la lengua elige diminutivos, por ejemplo, probablemente esté expresando un
matiz efectivo o demuestre que se está dirigiendo a un menor de edad.
En
otro orden, el concepto de enunciación no remite a fenómenos físicos como la
fonación o la escritura. Este concepto
más bien refiere a que en un enunciado hay elementos lingüísticos que no tienen
el valor de una información que se comunica, sino que son huellas que deja en
el enunciado el sujeto que lo ha producido.
Estas huellas son formas gramaticales y léxicas que el sujeto que
enuncia ha elegido usar, y esa elección es portadora de sentidos. El uso de una palabra u otra, de una forma de
decir u otra, no es indiferente, es una marca que significa y puede ser
interpretada.
La
teoría de la enunciación y el análisis del discurso han categorizado estas
huellas en: índices de personas (yo-tú-él), que marcan a los partícipes de la
comunicación y a su referencia; índices espacio-temporales (aquí, ahora, esto),
que señalan el espacio y el tiempo inherentes a la situación comunicativa;
tiempos verbales, que indican en el presente el momento de la enunciación y
otros tiempos que se organizan a partir de ese eje; cargas valorativas en el
léxico seleccionado, que aparecen como expresión de la subjetividad del sujeto
que enuncia; y, finalmente está la polifonía, es decir, la aparición de otras
voces dentro de un mismo enunciado.
Las fuerzas sociales de la construcción
enunciativa
El
enunciado es el resultado de la toma en cuenta del locutor y del interlocutor
en relación a un acontecimiento discursivo.
En ese sentido, Martínez (2005) refiere que el enunciado es el escenario
en el que se construyen fuerzas sociales enunciativas en relación con la imagen
del locutor, en términos de enunciador, con la imagen del interlocutor, en
términos de enunciatario, y, la imagen del tercero o voz ajena, en término de
los enunciados. Tres son, entonces, los
sujetos discursivos responsables de la
dinámica enunciativa en un discurso: el enunciador, el enunciatario y la voz
ajena.
El
enunciado es, entonces, el espacio discursivo donde se construyen puntos de vista
diversos, relaciones jerárquicas, grado de proximidad o lejanía…”Es también el lugar donde se construyen apreciaciones que
convocan igualmente niveles de jerarquía y grados de jerarquía en relación con
la palabra ajena o el acontecimiento referido”, aduce Martínez (2005,
pág.75).
Cuando
hablamos de imágenes en el discurso, hablamos no de sujetos hablantes
empíricos, sino de sujetos discursivos, de la forma como los hablantes
interactúan a través del discurso: puntos de vista, grados de intimidad…Es por
esto que en todo discurso encontraremos imágenes del enunciador, del
enunciatario y de lo enunciado o voz referida.
Actos de habla y construcción de identidad
discursiva
En
todo enunciado se realizan actos discursivos o actos de habla. Al respecto, Gerardo Roa (2016, pág. 182),
citando a Escandell (2013, pág. 62) y a Benavides (2013, pág. 13) nos define el
acto de habla como la acción de hablar o realización lingüística que se produce
cuando los hablantes se comunican entre sí.
Esta definición es coherente con los planteamientos de Van Dijk (1997,
pág.90), también citado por Roa (2016, pág. 182) cuando sostiene que “Los actos de habla son realmente acciones
realizadas con la intención de lograr una determinada intención comunicativa”. Es
por esto que los actos discursivos, o actos de habla, estarán íntimamente
relacionados con el tipo de interacción social enunciativa que se busca
mostrar, con las jerarquías, los grados de intimidad e interrelación con
terceros; con los énfasis en las tonalidades, las intenciones y propósitos
construidos en el marco de la dimensión dialógica del lenguaje.
Polifonía y argumentación
Martínez
(2005, pág.98), citando a Bajtín expresa: “El
autor de un enunciado no se expresa directamente, sino que pone en escena, en
el mismo enunciado, varios personajes, varios enunciadores. Así, para comprender el sentido de un
enunciado, es necesario identificar la interacción o confrontación de las
diferentes voces que aparecen en el enunciado, y de los puntos de vista que en
él se presentan, pues el autor del texto no es único responsable de todo lo que
en el texto se dice.
La polifonía textual: intertextualidad
Ducrot,
también citado por Martínez (2005, pág.98), propone distinguir dos sujetos
discursivos diferentes al autor empírico del discurso: el locutor y los
enunciados. El primero es el responsable
del enunciado (el cual no siempre coincide con el autor empírico, ya que en
ocasiones en un enunciado se presenta una colectividad como responsable del
enunciado), en virtud de que en los enunciados aparecen varios locutores
responsables de enunciados anteriores, diferentes del enunciado que los
refiere, como sucede, precisamente, en el discurso referido. Se trata de voces textuales que se evidencian
a través del enunciado. Los enunciados,
por su parte, se expresan a través del discurso sin que necesariamente haya una
atribución de palabras precisas. Son los
agentes de los actos o de los puntos de vista presentados en el discurso.
Generalmente,
en el enunciado se muestran dos enunciadores
con puntos de vista diferentes que se evidencia tanto a través de las
diversas voces textuales del enunciado, como a través del tono fundamental que
esta toma. Se establece, entonces, una
relación entre locutor y enunciadores: el locutor, si bien es responsable del
enunciado y de la escogencia de los enunciadores, no lo es de todos los puntos
de vista adoptados por ellos. En ese
sentido, el locutor puede presentar diversas perspectivas y jerarquiza los
enunciadores y sus puntos de vista. Para
ello toma tres caminos: en primer lugar,
se identifica con el enunciador y, por tanto, el punto de vista es el
objetivo principal del enunciado. En
segundo lugar, manifiesta una aprobación, y, por tanto, se une a ellos a través
de un acuerdo con un punto de vista general o presupuesto por todos. Y, en tercer lugar, se opone a los puntos de
vista y los presenta como injustificados.
El locutor no se asimila con el punto de vista, no se le atribuye a
ningún enunciador.
Orador vs. Auditorio/destinatario
Cualquier
orador que procure eficacia de su pieza discursiva, tendrá que adecuarse al
auditorio.
El
locutor de un texto se enfrenta a una variación en la intensidad de la
adhesión, por parte del auditorio, a la tesis presentada. Es por ello que las condiciones psicosociales
del auditorio no le pueden ser indiferentes; de lo contrario, correría el riesgo de que la argumentación no
tuviese ni razón de ser ni efecto alguno, sostiene Perelman (1989:20), citado por Martínez
(2005, pág.165).
En
ocasiones, el orador se enfrenta al auditorio heterogéneo, lo cual le exige una
organización y uso de argumentos diversos, adaptados a cada grupo, o miembro,
del auditorio. El orador que tiene en
cuenta esa heterogeneidad es considerado un buen orador, pues ha escogido los argumentos
que considera más convincentes y oportunos para cada grupo de su
auditorio. Así, el autor de un texto
descompone su pieza discursiva en tipos de argumentos diversos, en relación a
su intención y a la heterogeneidad del auditorio. De esa manera crea una dinámica enunciativa,
ya no desde el punto de vista del enunciador, sino desde los diversos
enunciatarios, y su relación con los diversos auditorios convocados en el
texto.
Es así
como la validez de la argumentación está supeditada al auditorio y los
principios de organización del género discursivo particular y su auditorio.
La argumentación: Nivel pragmático
Con
fines teóricos, teniendo en cuenta los aportes de las distintas consideraciones
acerca de la argumentación, consideraremos ciertos aspectos, considerados de
utilidad, para el análisis del discurso argumentativo. En esta ocasión, solo haremos mención al que
nos interesa, dada la naturaleza de este estudio: el pragmatismo, aunque
entendemos que no deben descartarse otros aspectos, vinculados al nivel global
y local que por razones ya conocidas abordaremos en otros espacios.
Si
tenemos en cuenta que toda argumentación depende de la situación en la que se
produce, podemos proponer un primer nivel de análisis que permita situar a los
participantes en su marco situacional, indicar la fuente institucional del
discurso, los status, los roles, las posturas respectivas, los valores y todos
los datos que pre-construyan el discurso argumentativo.
Siguiendo a Masseroron (1997), citado por
Padilla (2011, pág.35), podemos distinguir tres tipos de categorías
contextuales: Una situación potencial, que ocupa el lugar institucional que
rige los géneros de discurso; una situación actualizada, referida a la
situación particular y los participantes respectivos investidos de sus roles y
sus expectativas; y un contexto polémico, o sea, una base de desacuerdo que
separa a los participantes y que define los parámetros de un cuadro de
discusión. Sin embargo, cabe destacar
que para que sea posible el avance de las discusiones, es necesaria una base de
acuerdo, esto es un mínimo de valores, creencias o datos compartidos que
garanticen el desarrollo de un intercambio argumentativo.
Refiriéndonos
al contexto, hay una situación en la que se instaura un objeto de pensamiento
cualquiera como problemático o discutible.
El enunciador, denominado por Padilla (2011) protagonista o proponente,
construye sobre ese objeto su propio punto de vista o tesis. Esta será el punto de vista o postura que tiene el
enunciador sobre ese objeto de discusión.
El
enunciador justifica con uno o más argumentos una tesis explicitada desde el
comienzo, sin tener en cuenta si hay o no otras posturas sobre el objeto de
argumentación. A esto le llama Padilla
(2011) estrategia justificada. Mientras
que la estrategia será polémica, cuando el enunciador contrapone su propia
postura o tesis propuesta con otras posturas opuestas para refutarlos y
concluir reforzando su propia postura.
En cambio, la estrategia será deliberativa siempre que el enunciador no manifiesta de entrada una
posición tomado con respecto a un tema, sino que proporciona elementos de
juicio para llegar finalmente a la tesis o conclusión que constituye su propia
postura. Esta estrategia, según Padilla
(2011), es más sutil y manifiesta un mayor grado de dominio de la argumentación
por cuando no predispone de entrada al destinatario con una posición firme a
favor o en contra de un tema, sino que gradualmente lo va llevando a aceptar la
misma conclusión que él defiende.
Las prácticas discursivas en el discurso
escrito
Así
como en la oralidad la práctica generalizada y primordial es la conversación,
en lo que respecta a la escritura nos encontramos con una gran diversidad
textual que se ha ido generando en los distintos ámbitos de la vida social en
aquellas sociedades en las que la escritura ha venido a formar parte sustancial
de los hábitos y formas de vida.
De
acuerdo con Calsamiglia y Tusón (2007), los géneros discursivos escritos se han
constituido históricamente como prácticas sociales ligadas a cada cultura y a
cada sociedad. En cada ámbito
profesional se generan actividades escritas con valor funcional, etiquetadas
socialmente. Son innumerables los
escritos habituales más o menos elaborados y creativos.
Vale
la pena destacar que el texto escrito ha constituido en nuestra cultura el modo
de representación del conocimiento. La
reflexión y la abstracción se han potenciado a través de la escritura, al
tiempo que esta ha permitido el desarrollo de ámbito en que se refleja el punto
más alto de la abstracción y la
especialización: los lenguajes formales y la terminología especializada. Esta capacidad de la escritura para
transmitir y producir conocimiento le ha conferido un valor epistémico y la ha
asociado culturalmente al avance del saber
La argumentación como modo de organización
La
argumentación, como secuencia textual, ya sea dominante o secundaria, aparece
en muchas de las actividades discursivas características de la vida social pública o privada. Se argumenta en la conversación cotidiana, en
una entrevista para conseguir un empleo, en un debate…Se argumenta, en fin, en
cualquier situación en la que se quiere convencer o persuadir de algo a una audiencia.
En un
sentido más amplio, la argumentación es una práctica discursiva que responde a
una función comunicativa: la que se orienta hacia el receptor para lograr su
adhesión. La demostración lógica también
se basa en argumentos, pero de orden distinto a la argumentación en sí. Así pues, la argumentación en la lógica
formal, basada en criterios veritativos, es diferente a la que se utiliza en lo
que podríamos llamar lógica de la experiencia, ya que esta última, si bien
puede estar basada en hechos observables, está siempre ligada a un mundo de
valores y creencias, a una ideología que depende de la cultura de cada
comunidad de hablantes y que cobra su valor de verosimilitud en el marco de
cada grupo sociocultural.
Calsamiglia
y Tusón (2007) atribuyen las siguientes características a la argumentación:
objeto: cualquier tema controvertido, dudoso, problemático, que admite
diferentes maneras de tratarlo. Se puede
formular como pregunta. Locutor: Ha de
manifestar una manera de ver e interpretar
la realidad, una toma de posición.
Expone la opinión a través de expresiones modalizadas y
axiológicas. Carácter: polémico,
marcadamente dialógico. Se basa en la
contraposición de dos o más posturas. Los
enunciados se formulan en relación con los enunciados de otros. Se manifiesta la oposición, el contraste, la
provocación…Objetivo: provoca la adhesión al convencimiento y a la persuasión.
Adecuación al discurso argumentativo escrito
Cualquier
lengua en su proceso discursivo presenta variaciones: todos los miembros de la
comunicad lingüística no hablan ni escriben de la misma forma, tampoco utilizan
la lengua del mismo modo en las diferentes situaciones comunicativas. Cada persona puede escoger entre usar su
variedad dialectal o estándar. Cada
situación requiere el uso de un registro particular que está determinado por el
tema del que hablamos o escribimos, por el canal de la comunicación, por el
propósito perseguido y por la relación entre los interlocutores. Si queremos informar a alguien seremos
objetivos e imparciales; sin embargo, si lo que pretendemos es convencer,
seremos subjetivos y parciales.
Lo
anterior es lo que Daniel Cassany (1989)
denomina adecuación, considerada como propiedad del discurso que determina la
variedad (dialectal/estándar) y el registro (general/específico, oral/escrito,
objetivo/subjetivo; formal/informal) que hay que usar en un contexto
determinado. En ese sentido, entiende
este autor que los escritores competentes son adecuados y conocen los recursos
lingüísticos propios de cada situación discursiva. Saben cuándo hay que utilizar el estándar y
también dominan los diferentes registros de la lengua.
Población y
método
La
población objeto de estudio estuvo conformada por un universo de 25
estudiantes, correspondiente a la asignatura de Español II (LET-102),
desarrollada durante el período académico 3-2015-2016 (PUCMM-CSTA). De esta población se ha tomado una muestra
representativa de un 5% del estudiantado, cuyo único requisito ha sido haber
tomado el curso de Español II
Nos
hemos referido al discurso escrito argumentativo por ser la argumentación el
contenido fundamental en este curso, como se verá en el programa anexo,
correspondiente a esta asignatura.
Para
proceder al análisis, partimos de un instrumento de carácter anónimo. En el mismo solicitamos al estudiantado
redactar un ensayo argumentativo-reflexivo, a partir de la siguiente pregunta: ¿Qué le ha aportado el curso de Español II a
su formación personal y profesional? Justifique su respuesta basándose en
hechos, vivencias, situaciones y experiencias, en general, a lo largo del
curso.
Para
responder, los estudiantes disponían de una extensión de una a dos páginas,
manuscritas, a lápiz, preferiblemente.
No hubo limitación del tiempo.
Los
estudiantes fueron seleccionados al azar.
El instrumento se le aplicó fuera del salón de clase habitual para
evitar distracción alguna. Se le
permitió utilizar recursos de apoyo que les fueran de utilidad para argumentar
la pregunta: apuntes, libretas, materiales de apoyo…
Tipo de
estudio realizado
Este
ha sido un estudio de carácter cualitativo, dada la naturaleza del mismo, el
cual consiste en observar, analizar e interpretar en el corpus escrito del
estudiantado cómo se pone de manifiesto el perfil pragmático en el discurso
argumentativo desarrollado. El análisis
de los resultados será interpretado a la luz del aval teórico desarrollado
anteriormente.
Análisis de
los resultados
El
análisis de los resultados obtenidos estará basado en los siguientes aspectos,
emanados de las teorías consultadas:
1.- Basado
en la asunción del género discursivo
2.-
Basado en las marcas de enunciación como componente expresivo
3.-
Basado en la interrelación discursiva: enunciador-intención-destinatario
4.-
Basado en las polifonías de la enunciación
5.-
Basado en el contexto o ámbito situacional
6.-
Basado en el registro o formato escrito
7.-
Basado en la adecuación
1.- Basado en la asunción del género
discursivo
Al
momento de abordar el género discursivo, ante una situación discursiva, ya sea
oral o escrita, es necesario considerar el ámbito en que este se recrea. Ante la situación presentada al estudiantado,
objeto de estudio, es evidente que se trata de un género o ámbito académico,
dada la empatía entre la pregunta y la culminación de un curso de grado en el
nivel superior. En efecto, se ha de esperar
en el acto discursivo (argumentación) un léxico académico apropiado a las
circunstancias comunicativas, un tono y un ritmo característico a la tipología
y dimensión textual, así como un formato discursivo pertinente a la
denominación discursiva-argumentativa: ensayo.
No
obstante, hemos observado que un 7% de las producciones se alejan del género en
tanto que el léxico utilizado, muy reducido y repetitivo, así como el tono y el
formato de presentación no satisfacen del todo el género. El tono es muy cortante y frío. Recordemos lo que bien nos sugería María
Cristina Martínez al respecto: “Hablar o
escribir equivale a la modalización que impone el género cotidiano del ámbito social
en el que nos encontremos.
2.- Basado en las marcas de enunciación como componente
expresivo
El
componente expresivo, derivado de la enunciación, en un 8% de las producciones
se ha visto afectado por cuestiones o aspectos de forma, entiéndase formalidad
en la presentación, con letras alteradas, márgenes excesivos y pronunciación
marcada entre un espacio y otro. Lo que
significa que hay una tendencia en cuidar más la forma que el fondo. Esto así, ya que hubo de observarse en los
argumentos, la carencia de firmeza, indicios, autoridad…Da la sensación, en
apariencia, que es más importante el cómo se ve a qué digo o expreso. Al respecto, Marta Marín expresa que el acto
de formular enunciados excede significativamente el conocimiento de reglas
gramaticales. Pero no solo gramaticales,
sino también formales. En general, la expresión ha estado condicionada por una
serie de reglamentos de elegancia y atractivo, que, si bien en cierto elogian
el carácter visual de la producción, en ocasiones no permiten decir lo que se
tiene que decir con libertad y fluidez.
3.- Basado en la interrelación discursiva:
enunciador-intención-destinatario
En
ocasiones, cuando hablamos o escribimos estamos más concentrados en qué decir
que a quién, por qué y para qué decirlo.
En consecuencia, no se proyecta una interrelación discursiva de
actuantes. Es lo que se refleja en un 8%
de las producciones analizadas. Se
evidencia más cuidado y atención en el objeto del que se habla o se escribe, en
satisfacer la respuesta a una pregunta, que en él o los sujetos involucrados: el yo y
mis circunstancias discursivas y el tú como elemento también protagónico. Al respecto ha expresado María Cristina
Martínez que el enunciado es el resultado de la toma en cuenta del locutor y
del interlocutor en relación a un acontecimiento discursivo.
4.- Basado en las polifonías de la
enunciación
Difícilmente
hablamos o escribimos excluyendo hechos, eventos o acontecimientos del
entorno. Es que todo discurso conlleva
una serie de ecos o voces alternativas, hasta cierto punto imprescindibles. El estudiantado de estas producciones supo
manejar estas voces o ecos polifónicos al hacer referencia, por ejemplo, a lo
que en algún momento hizo o dijo su maestro, a lo que expresó algún compañero
de clase, a lo que decía en tal libro equis autor. Y es así como los argumentos adquirieron mayor
fuerza y solidez en la medida en que fueron sustentados o respaldados por el
discurso polifónico de la enunciación.
Al respecto, recordemos lo que dice Bajtín: El autor de un enunciado no
se expresa directamente, sino que pone en escena, en el mismo enunciado, varios
personajes, varios enunciadores.
5.- Basado en el contexto o ámbito
situacional
Es el
contexto quien define la postura o posición de quien habla o quién escribe, en
función del escenario en que se recrea el discurso: qué voy a decir, a quién lo
voy a decir, cuándo y cómo…En ese sentido, lo que decimos queda circunscripto a
un ambiente, no solo físico, que refleja y recrea la realidad plasmada en
intereses, necesidades, deseos. Y es así
como las producciones objeto de análisis, en un 6%, hasta cierto punto respetan
el contexto en cuanto al cuidado y la disposición, por un lado, y en cuanto a
la formalidad y el cuidado por otro lado. Esto se evidencia en unas
producciones que se caracterizan por la interrelación pregunta-respuesta. Se aprecia, desde luego, una reacción ante
una realidad que se enmarca en la necesidad de alguien que quiere saber algo
(en este caso el profesor que pregunta y el alumno que inmediatamente responde)
en un contexto específico de la realidad.
6.- Basado en el registro o formato escrito
Parte
del mismo contexto lo constituye la forma o manera de hablar o escribir y la
adaptación a esta circunstancia. Si bien
es cierto que cuando hablamos o escribimos emitimos o producimos mensajes, el
estilo que adoptamos cuando hablamos no será el mismo que utilizamos cuando
escribimos. Sin embargo, en las
producciones revisadas, hemos podido apreciar ciertos rasgos correspondientes a
la oralidad, plasmados en la escritura.
Es el caso de ciertas muletillas como “bueno”, “oh”. Y repeticiones de frases como “entonces”, “y
cuando, entre otras. Significa que hay
una tendencia muy marcada de la oralidad en la escritura. Pero habremos de entender que son dos
realidades o circunstancias totalmente diferentes y por eso tendremos que
distinguir conscientemente un discurso de otro.
7.- Basado
en la adecuación
Entendemos
que, para diagnosticar la adecuación de un texto, habrá de considerarse varios
aspectos inherentes al mismo. No
obstante, esta vez haremos referencia a la adecuación en función del discurso
producido en tanto que es: de registro escrito-formal; de ámbito académico; de
tipología narrativa y de dimensión ensayística.
Solo nos falta referirnos a las dos últimas: la tipología y la
dimensión. En cuanto a la tipología
(narrativa) hay una secuencia temporal bien manejada por el estudiantado,
reflejada en el manejo de los verbos o formas verbales: me ha ayudado, en esta
materia aprendí, el curso fue bueno…A esto se suma la secuencia progresiva del
relato de lo que ha significado el curso de español.
No
resulta así en la dimensión ensayística, dada la ausencia de subjetividad como
producto de la reflexión y la interpretación.
Un 8% del estudiantado se limita a responder a la pregunta, tal vez
porque se ha visto comprometido a dar respuesta a una interrogante, ajena a la
estética discursiva y a matices expresivos que caracterizan al discurso ensayística. Aquí pudo haber influido la improvisación.
Conclusiones
Al
finalizar el análisis de este estudio, hemos llegado a la conclusión de que los
rasgos pragmáticos, presentes en el discurso argumentativo-escrito, en el
estudiantado de Español II, deberá ser más tomado en cuenta por las siguientes
razones:
- Las producciones escritas se alejan del
género, en tanto que el léxico utilizado está muy reducido y repetitivo. El tono y el formato de presentación no
satisfacen del todo el género. El tono
es muy cortante y frío.
- El componente expresivo, derivado de la enunciación, se ha
visto afectado por cuestiones o aspectos de forma, entiéndase formalidad en la
presentación, con letras alteradas, márgenes excesivos y pronunciación marcada
entre un espacio y otro.
- Se evidencia más cuidado y atención en el
objeto del que se habla o se escribe, en satisfacer la respuesta a una pregunta,
que en él o los sujetos involucrados: el yo y mis circunstancias discursivas y
el tú como elemento también protagónico.
- El estudiantado de estas producciones supo
manejar estas voces o ecos polifónicos al hacer referencia, por ejemplo, a lo
que en algún momento hizo o dijo su maestro, a lo que expresó algún compañero
de clase, a lo que decía en libro equis autor.
- Las
producciones objeto de análisis respetan el contexto en cuanto al cuidado y la
disposición, por un lado, y en cuanto a la formalidad y el cuidado por otro
lado. Esto se evidencia en unas producciones que se caracterizan por la
interrelación pregunta-respuesta. Se
aprecia, desde luego, una reacción ante una realidad que se enmarca en la
necesidad de alguien que quiere saber algo (en este caso el profesor que
pregunta y el alumno que inmediatamente responde) en un contexto específico de
la realidad.
-En
las producciones revisadas hemos podido apreciar ciertos rasgos
correspondientes a la oralidad, plasmados en la escritura.
- La
dimensión ensayística es débil dada la ausencia de subjetividad como producto
de la reflexión y la interpretación.
Recomendaciones
-Trabajar
el léxico orientado al género discursivo en que se recrea el texto. Bien podrían asignarse lecturas en las que se
destaque el vocabulario genérico, conforme al discurso. De igual manera, sugerimos completar
enunciados con la palabra o término que corresponda con el género.
-
Desarrollar producciones discursivas por procesos, destinadas a satisfacer las
necesidades comunicativas del usuario. Esto
sería a partir de un plan o esquema de desarrollo, en el cual el estudiante
asuma su rol, postura e intención discursiva.
-
Crear espacios para el análisis de los sujetos discursivos de la enunciación:
enunciador, intención, voces y destinatarios.
Esto con el objeto de que el estudiante asuma estos componentes, además
de los aspectos formales de la lengua, presentes en el discurso.
-
Destacar en el discurso elementos polifónicos que coadyuven a la intención, rol
y postura del enunciador. Asimismo,
fortalecer en las producciones la incorporación de voces ajenas que fortalezcan
su riqueza argumentativa.
-
Establecer distinciones entre el registro oral y el registro escrito. Para ello, se sugiere crear situaciones
discursivas, tanto de habla oral como escrita, tanto para hablar como para
escribir.
-
Asumir los rasgos característicos del ensayo como género inmerso en la
argumentación. Para ello se sugiere
apreciar sus rasgos formales, estilísticos y discursivos, diferenciándolo de
otras piezas discursivas-argumentativas.
Anexo I:
Aplicación de instrumento
Este
instrumento es anónimo; por lo tanto, no coloque ni su nombre ni su
matrícula. Solo limítese a responder al
mandato solicitado. Para ello, puede
utilizar cualquier recurso que le permita fortalecer su respuesta: apuntes, cuaderno,
material de apoyo… La extensión de la producción es de una a dos páginas,
preferiblemente a lápiz. Usted maneje su
tiempo.
¿Qué le ha
aportado el curso de Español II a su desarrollo personal y profesional?
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Anexo II:
Programa de asignatura
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA MADRE Y
MAESTRA (CSTA)
DEPARTAMENTO DE ESPAÑOL
Programa de Español II (LET-102)
1. DESCRIPCIÓN:
Conceptualizar la
realidad, intelectualizar el mundo, son necesidades tan arraigadas
en la naturaleza humana como la expresión lírica, el
relato de acontecimientos o la
representación de diálogos. El género argumentativo
ha dado cauce a la expresión de tal
impulso a través de formas históricas diversas, que
han ido desde los diálogos platónicos
hasta los ensayos contemporáneos. La argumentación
es un modo de razonamiento
vinculado con la concepción humanista, que contempla
la pluralidad y la discrepancia y está
en la base de la sociedad democrática. Desde la
Retórica antigua, que pone las bases de la
argumentación, hasta los más recientes modelos
argumentativos, que integran la lógica, la
pragmática y la lingüística del texto, el objetivo
de Español II es la formación en el campo
de un modo expresivo de enorme riqueza comunicativa
y utilidad social. Después de la
formación de Español I, se pretende que los alumnos
se adiestren en la interpretación y
manejo de unas técnicas que gozan de siglos de
perfeccionamiento y que se han acabado
convirtiendo en un modelo explicativo de toda comunicación
textual humana.
2. COMPETENCIAS:
1. Comprende la estructura, las
características, las técnicas y los recursos lingüísticos
de
un texto argumentativo, siendo capaz de distinguir una argumentación correcta
de
otra falsa (falacia).
2. Domina el arte de la persuasión: es capaz
de persuadir o convencer a un auditorio
de
cualquier tesis, a través de un discurso razonado, atrayente y conmovedor.
3. Reconoce los rasgos propios del género
histórico del ensayo: su temática, su
estructura,
su forma verbal, su función, su finalidad, etc.
4. Es capaz de redactar un ensayo claro en
su estructura, convincente en su
argumentación,
depurado en su gramática y formalmente bello.
5. Lee críticamente textos ensayísticos,
abordándolos desde múltiples enfoques y
puntos
de vista. Es competente en su análisis, logrando destacar tanto sus aciertos
(argumentativos,
humanísticos, estilísticos, etc.) como sus yerros.
3.
CONTENIDOS:
1. Cómo
argumentar:
1.1. Noción de argumento
1.2. Estructura de los argumentos.
1.2.1. Conclusión.
1.2.2. Premisas.
1.2.3. Garantía.
1.3. Técnicas argumentativas:
1.3.1. Estrategias retóricas.
1.3.1.1. Docere.
1.3.1.2. Delectare.
1.3.1.3. Movere.
1.3.2. Tipos de argumentos.
1.3.3. Tipos de malos argumentos: falacias.
1.4. Recursos lingüísticos de la argumentación:
1.4.1. Léxico.
1.4.2. Elementos fónicos: entonación y pausas.
1.4.3. Conectores.
1.4.4. Estructura informativa.
1.5. Los agentes de la comunicación y la argumentación.
1.5.1. Emisor: sujeto empírico, locutor y
enunciadores.
1.5.2. Receptor: auditorio, destinatario y
alocutario.
2. El
ensayo:
2.1. El género argumentativo y los géneros
históricos.
2.2. La constitución histórica del ensayo.
2.3. Tema:
2.3.1. Temas de la realidad efectiva.
2.3.2. Temas de la interpretación de la realidad.
2.4. Estructura:
2.4.1. Estructura básica: tesis-justificación.
2.4.2. Variaciones y superestructuras históricas.
2.5. Forma verbal:
2.5.1. Modo expresivo exegematicum.
2.5.2. Otros modos expresivos.
2.6. Agentes de la comunicación.
2.6.1. Monología.
2.6.2. Subjetivismo.
2.6.3. El pacto de “sinceridad”.
2.7. Función y finalidad:
2.7.1. Efectos perlocutivos.
2.7.2. El ensayo en el contexto democrático.
2.
8. Antología y otros ensayos
4.
EVALUACIÓN:
Pruebas
|
Fechas
|
Porcentaje
|
Primer parcial
|
28 y 29 de junio
|
25 %
|
Segundo parcial
|
25 y 26 de junio
|
25%
|
Examen final
|
Por determinar
|
30%
|
Participación
|
A lo largo de todo
el período
|
20%
|
Total
|
|
100%
|
5.
BIBLIOGRAFÍA:
ALBALADEJO
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Síntesis, 1993.
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